MARAVILLAS DEL LEVANTE: CASTELLÓ DE LA PLANA

Castelló de la Plana es mar, huerta, montaña, historia, cultura, tradición… Una ciudad, de unos 180.000 habitantes, en la que se pueden distinguir a la perfección, tres zonas: el núcleo central histórico, los nuevos barrios modernos y, tocando el mar, el Grau de Castelló. Cada una de ellas esconde su cultura y sus costumbres propias.

Pasear por el casco histórico de la ciudad se convertirá en un auténtico y hermoso recorrido por su historia y lo comenzaremos en su emblemática Plaza Mayor, punto neurálgico de la Capital de la Plana, ya que en ella se celebran todas las fiestas y actos lúdicos que se celebran en la ciudad.

Allí contemplaremos algunos de los edificios y monumentos más importantes, como
la imponente y gótica CONCATEDRAL DE SANTA MARÍA LA MAYOR, sede del Obispado de Segorbe-Castelló, junto con la catedral de Segorbe.

La historia de esta concatedral está llena de avatares desde el inicio de su construcción, que data del siglo XIII.Tras un incendio, fue reconstruida en el siglo XV y se finalizó en 1549. De nuevo fue demolida durante la Guerra Civil española, en 1936, y reconstruida a partir de 1939, con un proyecto de Vicente Traver Tomás, que se inspiró en los trazos del templo en ruinas. En 1960 adquirió el rango de concatedral, al crearse la Diócesis de Segorbe-Castelló. Tras varios años de obras, la familia Traver dio por finalizada la reconstrucción en 2001. De su última reconstrucción, solo quedan del gótico las tres puertas de acceso. La más antigua de ellas se encuentra en la calle Arcipreste Balaguer. Su interior alberga preciosas vidrieras, imágenes barrocas, lienzos y magníficas piezas de orfebrería.

Escultura del Ángel Custodio.

Junto a ella nos sorprenderá el FADRÍ (el soltero). Una torre campanario del siglo XV, al que le cabe el honor de ser el símbolo de la ciudad. Recibe este nombre debido a que es un edificio de planta octogonal, exento al templo. Con una altura aproximada de 60 metros, está dividida en cuatros cuerpos, que al interior se corresponden con la cámara del reloj, la prisión del eclesiástico, la vivienda del campanero y la cámara de las campanas. Además esconde una escalera de caracol con más de doscientos escalones que permite acceder a los distintos pisos de la torre. Estos cuatro cuerpos interiores no se corresponden con las líneas de cornisas exteriores. En la parte superior se encuentra un antepecho, decorado con ocho gárgolas. La torre remata con un chapitel de 1735, replica del original destruido en 1656, es de planta triangular con pilastras de orden toscano cubierto con teja azul, y rematado con una veleta colocada en 1860.

El acceso a la torre se realiza a través de una portada adintelada con una hornacina en la parte superior flanqueada por volutas, y un frontón triangular en la parte superior. Bajo los escudos del Reino de Valencia y las Torres de Castelló, hay una inscripción en el dintel que hace referencia a la construcción de la torre entre 1591 y 1604.

También podemos admirar el nuevo palacio del AYUNTAMIENTO, iniciándose las obras en 1689, cuando se pone la primera piedra.

En uno de los laterales de esta hermosa Plaza Mayor se alza el MERCAT CENTRAL, inaugurado en un acto multitudinario el 21 de diciembre de 1949.

Un lugar lleno de vida y color, con una profusión de productos distintos: frutas, verduras, lácteos, pescado y carne, por citar solo algunos, no solo para los vecinos de la ciudad sino también a los turistas, que descubren con alegría todo lo que el mar y las tierras de la Plana pueden regalar.

Continuamos nuestro paseo, accesible para personas con movilidad reducida, en la antigua “PLAÇA DE L’HERBA”, donde se ubica la CASA ABADÍA. Edificio del siglo XVII que conserva sus antiguas formas góticas y actualmente acoge las oficinas municipales de turismo.

Allí también se levanta imponente un edificio histórico; la LLOTJA DEL CÀNEM (lonja del cáñamo), empezado a construir en 1606 a manos de los “manobres del Campanar” y acordándose por parte del Consell que sea un edificio noble con una “fasa en arcades” que concluyó con las actuales cuatro arcadas de columnas y pilastras toscanas. Oliet, ya en el siglo XIX decoró la fachada con pinturas alegóricas. Actualmente es sede de la Universitat Jaume I.

Ya en la Calle Mayor nos topamos la CASA DELS CARAGOLS (Casa de los Caracoles), edificio que combina el eclecticismo y modernismo de la época y construido siguiendo los planos de Francisco Tomàs Traver entre 1911 y 1914. Presenta en su interior una distribución armónica y funcional, y se estructura a través del patio que se convierte en núcleo central, alrededor del cual se conforma el edificio. Es un patio enteramente funcional -como patio de luces-, pero con un componente estético remarcable que lo convierte en el elemento más homogéneo de todo el edificio, con ornamentación mediante un arrimadero corrido, documentado en el catálogo de azulejos, de las primeras décadas del siglo XX, de la empresa de Barcelona Vda e Hijos de Juan Vila con el nº 228.

Dos caracoles suben por la fachada a la entrada del edificio, incluido en la RUTA DE LA CERÁMICA DE CASTELLÓ.

Junto a este se alza la IGLESIA DE SAN AGUSTÍN, que es lo que queda del antiguo Convento de los Padres Agustinos de la ciudad.

Seguimos nuestro paseo disfrutando de bonitos rincones, como este de la Calle de Mealla.

En la Calle de Enmedio sobresale la vivienda conocida como CASA DELS QUATRE CANTONS (casa de las cuatro esquinas), donde se plasma los gustos personales de la influyente familia propietaria de origen sevillano que encargó su construcción en los años veinte del pasado siglo. Es un gran edificio del arquitecto Vicente Traver Tomás.

Está incluido en la mencionada ruta de la cerámica, pues esta tiene notable presencia en el edificio, los encadenados, el paño superior, riñones de la logia, etc. El remate del edificio está formado por una cenefa cerámica, anterior a la cornisa prominente que se resalta con las dimensiones, y la colocación de ménsulas molduradas a la que se sobrepone el óculo con pináculo superior.

Continuamos hacia la Calle Alloza, hacia donde nos reclama la música de la celebración que se festeja junto a la IGLESIA DE SANT NICOLAU DE BARI, localizada en el mismo sitio donde estaba una antigua mezquita islámica de la ciudad de Castelló de la Plana. La iglesia fue considerada primeramente como ermita destinada a la catequesis de los musulmanes conversos de la ciudad.

Ahora nos asomamos a la amplia Avenida Rey Don Jaime, allí nos recibe una figura que porta tres libros sobre su cabeza y parece realizar un gesto como de “estar pensando”…, la interpretación de la obra, realizada por Juan Ripollés en el año 2010, corre a cargo del visitante.

En la otra acera se alza esplendoroso el EDIFICIO DE CORREOS Y TELÉGRAFOS (1916-1932), obra del arquitecto Demetrio Ribes y Joaquín Dicenta.

Se trata de un edificio exento que ocupa toda una manzana en el centro de la ciudad (entre la Plaza Tetuán, la Plaza Rei Don Jaime y la Calle Zaragoza), con las cuatro esquinas redondeadas, tres plantas y fachadas neomudéjares de ladrillo, cerámica y vidrio de estilo modernista. Está incluido en la Ruta de la Cerámica.

En la misma avenida y no muy lejos, en el espacio donde históricamente tenía lugar el mercado semanal de los lunes y emplazamiento habitual de las ferias de Todos los Santos y La Magdalena, se encuentra el monumento y estatua de 2.60 metros en homenaje a Don Jaime I el Conquistador, realizada por el escultor castellonense José Viciano Martí en 1896. Inaugurada el día 20 de marzo de 1897, víspera de la Magdalena, constituyó siempre motivo de veneración y respeto de los castellonenses hacia la figura del Monarca.

Tras el monumento nos topamos con el Juego infantil cerámico de la Hort dels Corders. Un JUEGO DE LA OCA diseñado por el reconocido dibujante Joan Montañés 'Xipell' que repasa los 765 años de Castelló.

Un juego de calle realizado íntegramente con cerámica. En esta composición se destacan los principales hitos de la historia de Castelló desde el traslado del Castell Vell de la Magdalena en 1251, hasta nuestros días. Cada casilla recoge una fecha, acontecimiento o personaje, fácilmente reconocible por los castellonenses, que haya marcado el carácter de la ciudad como capital.

En esta plaza, que fue escenario de la floreciente industria del cáñamo, se instala una escultura homenaje a los protagonistas de este oficio perdido, filaor i menaor o Les cordeliers, obra de Juan Ripollés realizada en el año 2002. Los ‘menaors’ solían ser niños que daban vueltas a la rueda mientras otros confeccionaban las sogas. La escultura tiene en su base dos personajes, el menaor y el filaor, elaborados en bronce y unidos por hilos de agua que recuerdan las cuerdas. Sobre ellos una estructura gigantesca en fibra de vidrio de colores llamativos coronada por varios brazos con manos extendidas.

Nos dirigimos ahora a la Plaza de la Independencia para contemplar la CASA DE LAS CIGÜEÑAS construida en el año 1912, probablemente según trazas de Godofredo Ros de Ursinos, es el edificio de estética más modernista conservado en la ciudad de Castelló. Un edificio inserto en el conjunto monumental de la Plaza de la Independencia, con una serie de elementos clave que explican la evolución urbana y arquitectónica del Castelló de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX: el parque romántico del Ribalta, las casas modernistas y eclécticas de la plaza y el monumento central, La Farola, conmemoración de la coronación canónica de la Virgen del Lidón.

A continuación nos adentramos en el precioso PARQUE RIBALTA, parque emblemático de Castelló y pulmón verde de la ciudad. Fue creado como un paseo para unir la ciudad con la reciente estación de ferrocarril (Valencia- Castelló) inaugurada en 1868, a modo de jardín botánico con multitud de diferentes especies de plantas procedentes de diversas partes del mundo. En él podemos encontrar, además de árboles centenarios, un estanque, la pérgola o magnícos bancos con azulejos del siglo XIX.

Banco de los Búhos: es de destacar que es el único banco en el cual la decoración de los azulejos está hecha con la técnica de entubado. El respaldo está formado por un óvalo horizontal central y dos óvalos verticales laterales, en cuyo interior se plasman escenas románticas de atardeceres en un parque, muy apropiadas para el lugar. El zócalo del banco presenta una bucólica escena campestre de atardecer con pastor, rebaño y perro enmarcados por con grandes y frondosos árboles. El asiento y las pilatras laterales se encuentran alicatada con bellos y sintéticos búhos modernistas. Tanto las escenas del respaldo como la del zócalo se encuentran en la oferta del catálogo de la fábrica de azulejos de J.B. Segarra Bernat, con factorías en Onda y Castelló. Sin bien los colores son diferentes.

Banco nº 2: decoración geométrica sencilla a partir de una trama ortogonal o damero de rombos marrones y blancos alternos que se dispone por asiento, zócalo y respaldo.

El Parque fue evolucionando y cambiando a lo largo de los años. En 1927 se fabricaron e instalaron los 7 BANCOS CON DECORACIÓN CERÁMICA del Paseo, los cuales presentan las mismas dimensiones: 4 metros de longitud y con respaldo de diferentes tipos. En 1931 se realizan 4 bancos más que corresponden a los situados en las inmediaciones del estanque, de forma curvada y mayor tamaño (unos 7 metros de longitud). Respecto a otros 2 bancos más, ambos de fecha incierta, a todos luces forman parte del conjunto.

Banco nº 3: decoración vegetal con marcos amarillos.

Banco nº 4: decoración neorrenacentista en azul sobre fondo blanco, en el centro escudo de la ciudad de Castelló.

El principal pulmón verde de Castelló tomó su nombre del famoso pintor barroco que durante un tiempo se creyó erróneamente oriundo de la capital de La Plana. El escultor Adsuara levantó una magnífica escultura sedente del artista en un delicado escorzo que logra apoyando una mano sobre la rodilla contraria.

En 2002 debido al deterioro de los bancos estos fueron reemplazados por reproducciones exactas, trasladándose los antiguos bancos al Museo del Azulejo de Onda, salvo un banco que fue depositado en el Museo de Bellas Arte de Castelló dado que fue sufragado en su momento por la Diputación de Castelló.

Banco nº 5: decoración modernista con vistosos y coloridos pavos reales como motivo central. Corresponde a diseños presentes en el catálogo de J.B. Segarra Bernat, cenefa de zócalo nº 216.

Banco nº 6: decoración con motivos neorrenacentista de las primeras décadas del siglo XX, muy común a la mayoría de las fábricas de azulejos, con atlantes en los pilares y faunos enfrentados en los respaldos y zócalo.

En la misma fecha de la restauración se realizaron dos modernos bancos cerámicos, uno en la Plaza circular del Paseo de Ribalta y otro semicircular en la Calle de Pérez Galdós. Por tanto, en la actualidad existen 15 bancos cerámicos en todo el Parque: 13 corresponden a las reproducciones de los antiguos y dos a propuestas actuales.

Banco nº 7: decoración neoclásica con motivos greco-romanos, presente en el catálogo de J.B. Segarra Bernat, zócalo nº 210: centauros, amorcillos alados con arco (Eros) y ninfas blancos resaltan en espacios (círculos y rombos) rodeados por motivos clásicos: zarcillos, sobre fondo dorado.

Banco nº 10: junto al parterre elevado del parque. Presenta una decoración modernista con ardillas en pilastras y respaldo. Modelo presente en el catálogo de J.B. Segarra Bernat, zócalo nº 212.

Hermoso es igualmente el estanque trazado en 1920.

En una de las esquinas del parque, la más próxima al estanque mencionado, se conserva la vieja ESTACIÓN DEL FERROCARRIL, que llegó a Castelló el 26 de diciembre de 1862 con la inauguración del tramo Nules-Castelló.

En la explanada que se abre frente a ella vemos el monumento al toro. Lo primero que sorprende de esta pieza es su porte imponente, no en vano estamos ante un toro bravo en plena dehesa y no en la plaza a punto de ser sacrificado. La escultura está realizada en hierro oxidado con gruesas planchas que oscilan entre los 10, 20 y 30 milímetros, según un estudiado juego de volúmenes. Su peso supera los 5.000 kilos.

En uno de los laterales del Parque mencionado se alza la PLAZA DE TOROS de Castelló, cuya construcción comenzó en 1885, pero no fue hasta el 2 de julio de 1887 cuando se produjo su inauguración. Fue construida por D. Manuel Montesinos Alardins y el escultor D. José Viciano Martí realizó el medallón en bronce en el que destaca la cabeza de un toro para la fachada principal.

Delante de la Puerta Grande de la Plaza de Toros el aficionado y viandante se encuentra con la escultura de bronce que la Asociación de la Prensa Taurina encargó a la escultora Maite Saura. La pieza donada a Castelló rinde homenaje a José María Iglesias, más conocido como ARENILLAS, considerado uno de los críticos y cronistas taurinos más relevantes de la capital de La Plana y a otro de los críticos taurinos, Paco Pascual. La pieza recrea al periodista tomando apuntes junto a su inseparable cámara.

Tras reponer fuerzas, después de la jornada matinal, nos dirigimos a el bonito rincón de la Puerta del Sol, allí sobresale el edificio del CASINO ANTÍGUO.

Originalmente, este edificio del siglo XVIII, era un palacete, y se situaba emplazado en la cara exterior de la muralla medieval. Debido a su pobre apariencia y su escasa funcionalidad, motivó a que en el siglo XX, más concretamente en el 1922, se convocara un concurso de proyectos para reformarlo. Dicho concurso fue ganado por el proyecto presentado por Joaquím Moragas y Francesc Maristany. Este proyecto dio al edificio una nueva disposición interior, y el elegante aspecto exterior que actualmente ofrece. Así pues, las obras comenzaron ese mismo año 1922, finalizando en junio del siguiente, 1923. Así se convierte en uno de los más representativos de Castelló.

Desde aquí nos acercamos a la Plaza de la Paz, donde veremos el edificio del TEATRO PRINCIPAL. Se inauguró en 1894 con la representación de “El ángel guardián”. En su sala tuvo lugar la primera proyección de cinematógrafo en 1896. Hoy, tras la restauración total de sus estructuras, que recuperó la configuración del teatro a la italiana original y de las magníficas pinturas que adornan el techo de la sala y la embocadura del escenario, así como el Telón de Boca, el Teatro Principal acoge gran variedad de espectáculos y representaciones.

En esta coqueta y animada plaza, también se embellece con un atractivo quiosco;…

… una estatua al Llaurador;…

… y un curioso mosaico de azulejo en el que se recuerda la línea ferroviaria conocida popularmente como LA PANDEROLA (en castellano, la cucaracha), que unía la localidad de Onda con el Grau de Castelló.

Seguimos el paseo hacia la Plaça de Na Violant d'Hongria, donde sobresale el campanario de la Iglesia de San Vicent Ferrer, el templo más antiguo que se conserva en el municipio de Castelló. Pero también, un MURAL DE AZULEJOS SOBRE LA FUNDACIÓN DE CASTELLÓ a partir de una cerámica narrativa histórica. El mural presenta varias escenas relacionadas con su fundación y la devoción por la Virgen del Lidón.

Una reproducción cerámica de la Carta Puebla de Castelló preside, en un plano adelantado, al resto de los cinco paneles con escenas de recreación histórica, intercaladas con tres paneles de escudos heráldicos. A la izquierda del panel adelantado tenemos el escudo heráldico de En Guillén de Escrivà.

La aparición de la Virgen del Lidón a Perot de Granyana.

Jaume I a caballo y espada en mano combatiendo a los moros. Escudos de En Nuño Saç del Roselló y En Pere de Portugal. Escena de Bodas de Jaume I. Escudos de Violant d’Hongria y Jaume I d’Aragó.

Escena de Jaume I entregando la Carta Puebla ante Na Violant y otros personajes. La escena del traslado del Castell Vell al Castelló actual o “romería de las canyes” finaliza el relato.

Nuestro próximo destino ya se encuentra a las afueras de la ciudad y se trata de la BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DEL LLEDÓ.

La tradición más antigua de la” TROVALLA” de la imagen se conserva en un texto contenido en el Llibre de Be e de Mal del Archivo Municipal de Valencia, de 1366. Según el cronista, aquel mismo año, mientras un labrador llamado Perot (Pedro) de Granyana araba con sus bueyes, levantó una piedra junto a las raíces de un almez, bajo la cual apareció una pequeña imagen de unos 6 cm, que tomó el nombre del fruto de ese árbol (almeza o, en valenciano, Lledó) “Mare de Déu del Lledó”. El labrador insistía en llevarse la imagen, que en este caso era la figura de una mujer orando, a la ciudad para mostrarla a las autoridades, pero cada vez que lo hacía, esta desaparecía, por lo que lo trataron de loco. Cuando por fin, ante la insistencia del agricultor, el Consejo de la Ciudad, le acompañó al punto donde encontró la figura, hallaron un milagro. Encontraron la figura rodeada de ángeles, por lo que, ante esta celestial aparición, decidieron edificar la ermita en ese mismo lugar. Desde ese momento, fue objeto de gran veneración y se convirtió en destino de numerosas peregrinaciones, y en 1922 fue proclamada patrona principal de la ciudad de Castelló.

Destaca en su interior el altar mayor construido en mármol rosa y el camarín dónde se ubica la imagen relicario y la imagen original.

Ya en 1638 la diminuta imagen se exhibía en una hornacina en el pecho de una imagen mayor de la Virgen, que le servía de relicario. Esta pieza tuvo que reemplazarse por otra (obra de Tomás Colón datada de 1940), ya que durante la Guerra Civil fue muy dañada y pese a ser restaurada en 1972 se pasó a conservar en el Museo de la Basílica. Conserva un interesante conjunto de piezas, algunas instaladas en un pequeño museo en dependencia bajo el coro y otras en altares, sacristía y accesos al camarín. Destaca una imagen de la Virgen en alabastro, del siglo XVI, tal vez de talleres italianos, y una interesante colección de mantos, entre los que destaca el de la coronación.

La fiesta del Lledó, celebrada desde tiempos inmemoriales el domingo siguiente al 15 de agosto, pasó a conmemorarse desde 1703 el primer domingo de septiembre y, ahora, desde 1912, se celebra el primer domingo de mayo.

Frente al templo se alza una hermosa Cruz de Término, en valenciano “PEIRÓ”. Esta monumental cruz de piedra sobre gradas, erigida al final del paseo, fue encargado por el prior Mossén Antonio Prades Safont en 1957 al escultor Eduardo Cabedo Claros, que la esculpió con apenas veintidós años. Sustituyó a otro mucho más antiguo, del siglo XVII, conocido por sus grabados.

En la cruz aparecen las imágenes de la Lledonera, de la Magdalena marcando el itinerario de la romería y de Sant Jaume, en dirección al término de Fadrell.

Curioso edificio junto al templo.

Tras explorar cada una de las calles de su núcleo antiguo, os recomendamos que os adentréis en su zona marítima, es decir, en el GRAU DE CASTELLÓ. Una ventana al mar a tan solo cuatro kilómetros del centro de la ciudad. Nosotros recorrimos parte del PARQUE LITORAL, en el que se ha querido recuperar el bosque del pinar sobre el ambiente característico del cordón dunar de las playas. El paseante que recorra la playa puede percibir exóticas imágenes de palmeras, árboles y vegetación de dunas, alternadas con hermosas vistas al mar.

Nos adentramos ahora en la zona de las dársenas del puerto deportivo, pesquero y el puerto comercial, donde nos recibe el precioso edificio de las ANTIGUAS ATARAZANAS o tinglado del puerto de Castelló, construcción de 1955, hoy convertida en Casino.

Frente a los amarres del Puerto Deportivo vemos la escultura TARDES DE VERANO. El motivo escogido por Enrique Gimeno es un juego popular parecido al churro, mediamanga, mangotero o al caballito donde se muestra la destreza en el salto de cada uno de los participantes.

Allí contemplamos también el antiguo FARO DEL GRAU, que como todos los faros, tiene el encanto romántico de tiempos antiguos. Inaugurado en 1917, contaba con un alcance de 13 millas

Es una torre octogonal de sillería labrada que descansa sobre un primer cuerpo prismático de la misma sección, en el que se abre la puerta de entrada. Esta torre está rematada por una cornisa soportada por ménsulas, con su balconcillo, torreón y linterna, elevándose más de 15 metros sobre el mar.

En 1967 el Proyecto de Señales Marítimas asigna a Castelló un mayor alcance geométrico, imposible de conseguir con el faro existente, lo que obliga a construir una torre de hormigón armado de 3 metros de diámetro y 25 metros de altura, que podemos ver cercano a este. Desde aquí parten algunos de los barcos que permiten realizar excursiones a las Islas Columbretes, o rutas para conocer la costa.

Actualmente, el faro antiguo se ha restaurado y trasladado piedra a piedra al Moll de Costa, ubicándolo dentro de un pequeño foso de carácter decorativo.

Estamos sin duda en la zona más animada del Grau y el punto turístico más importante, especialmente durante las noches en periodo estival. Destaca la Plaza del Mar, punto de encuentro de los castellonenses, “graueros” y visitantes. Se podría decir que es el centro neurálgico del Grau, junto con el Real Club Náutico, Restaurantes, tiendas, pubs y hoteles se concentran junto a esta plaza. Y, por supuesto, si queremos conocer a fondo la gastronomía castellonense, es en este barrio marítimo donde podremos degustar los mejores sabores del mar.

Aquí nos llama la atención el EDIFICIO MORUNO, construido a principios del siglo XX, toma su nombre del estilo arábigo de su arquitectura y remates. Su función ha variado mucho a lo largo de los años, aunque siempre ha estado relacionada con la actividad portuaria. Actualmente es un local utilizado para exposiciones, presentaciones, etc.

Finalizamos nuestro paseo por Castelló de la Plana, asomándonos a su dársena pesquera, donde se descargan las exquisitas especies capturadas en sus costas y subastadas en la lonja, que podemos degustar en los restaurantes cercanos, o adquirir en el Mercado Central, situado en la plaza Mayor, donde iniciamos este interesante y atractivo recorrido, accesible a personas con movilidad reducida.