CASTILLO Y PARQUE DE ARTILLERÍA, PEÑÍSCOLA


El castillo de PEÑÍSCOLA, declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1931, se alza sobre los restos de la antígua alcazaba árabe, en un impresionante península rocosa. 

PEÑÍSCOLA

Fue construido el castillo-fortaleza por los templarios entre los años 1294 y 1307, cuando la Orden ya estaba a punto de extinguirse. En esta última etapa, sabedores de su debilidad, la debieron levantar pensando en que se convirtiera en su último refugio. Pasó después a los Caballeros de Montesa, para ya en 1411, pertenecer al Papa Luna, asentando allí la sede pontificia, hasta 1429 en la que su sucesor Clemente VIII reconoció la autoridad de Roma dando por terminado el Cisma de Occidente.

Estilísticamente discurre entre el románico tardío y el gótico incipiente.

El recorrido de la visita no es acto para personas con movilidad reducida, aunque quiero destacar el papel de sus empleados, que en todo momento nos informaron y facilitaron la visita en lo posible.

Se acede a él por el zaguán, que sobre su puerta de entrada, están labrados los escudos de sus promotores. Por encima de este friso heráldico una ventana gótica de tres puntas.

Así vemos, la cruz de la Orden del Temple, los cardos del maestre de la orden, Fray Berenguer de Cardona, y las fajas de Arnaldo de Banyuls, comendador de Peñíscola.

El zaguán, las caballerizas y el cuerpo de guardia nos traen al presente el gran mundo templario (1119-1314), aquellos dos siglos en los que los caballeros de la Orden del Temple, monjes y soldados, fueron la fuerza militar cristiana mejor organizada y el poder económico más sólido y diversificado del Mediterráneo.

En estas seis salas recordamos sus mayores glorias, sus héroes, sus victorias, sus derrotas, sus luchas y su vida cotidiana: sus formas de vida, sus recursos, su quehacer diario; y su oscura y dramática desaparición.






Subiendo las escaleras que parten del zaguán, llegamos un amplio espacio abierto al mar llamado Patio de Armas, que tuvo doble uso, como claustro, a semejanza de los monasterios, y como patio de armas, tal como correspondía un castillo medieval y al carácter militar templario. 

Con la llegada de Benedicto XIII, se transforma en jardín pontificio con vegetación de plantas aromáticas de la zona, y que tuvo como elemento ornamental una monumental fuente esculturada que el propio pontífice mandó construir y que en la actualidad se encuentra en la Catedral de Tortosa y se la conoce como pila bautismal del Papa Luna. En la Iglesia de Santa María de Peñíscola puede ver una réplica de esta fuente.

Desde aquí se accede a las estancias principales del castillo.

 Recorreremos primero las Dependencias Pontificias que se situaron en la Torre del Papa Luna donde estuvo la “cámara mayor” o dormitorio del pontífice en el primer nivel y el estudio en el segundo nivel.

Acostumbrados a imaginar a los Papas en el Vaticano; con sus plazas inmensas, los grandiosos salones, las cúpulas asombrosas, debemos hacer un esfuerzo para representarnos a Benedicto XIII haciendo su labor pontificia.







Que un Papa, siendo Papa y actuando como tal viviera casi la mitad de su pontificado en un lugar como esta torre del Castillo de Peñíscola, resulta cuando menos insólito. Y sin embargo así fue.



Un día tras otro, este hombre incansable y tenaz, realizó todas las tareas que caben esperar de un Papa: recibió a gente, trabajó con sus secretarios, escribió millares de bulas, creó universidades, pugnó por su tiara con papas y reyes, y hasta tuvo tiempo de escribir ese hermoso “Libro de las consolaciones de la vida humana”.

Apenas salió para realizar dos viajes tan importantes como dramáticos: a Morella en 1414 y a Perpiñán en 1415, en ambos intentaron convencerle de que abandonara su encierro y renunciase a sus derechos. Pero volvió a su torre. Hasta fue envenenado en ella con los dulces de unas monjitas. Aquí comía, aquí dormía y descansaba, cuando podía, porque en esos últimos años las noticias que le llegaran no debieron ser muy buenas. Pero él aguantó aquí hasta su muerte en 1423. Aún hoy, la leyenda afirma que vaga por el castillo, asomándose a las ventanas y repitiendo la frase que le caracterizó en vida: "el verdadero Papa soy yo".


Volvemos al patio de armas desde donde accedemos a la Iglesia o Capilla del Castillo, que estuvo dedicada a la Virgen María -“humil Verge María”- y a los Tres Reyes Magos de Oriente. En el exterior sobre la puerta de entrada, cinco cardos recuerdan el linaje de Cardona, el maestre constructor templario. 


Esta pieza arquitectónica es de una sola nave y planta rectangular; con bóveda de cañón apuntada cerrada por un ábside semicircular que se halla rematado por una bóveda de horno. El templo justifica los postulados cistercienses de austeridad: carencia de adornos, piedra sillar, y ligero apuntamiento en el abovedado de la imponente construcción románica. 

Tres pequeñas ventanas iluminan el espacio, una de ellas en el centro del ábside. Por la derecha, se accede a la reducida sacristía.


Fue capilla de los caballeros templarios y después de los montesianos, basílica papal de Benedicto XIII y su sucesor Clemente VIII. Al pie del ábside, a la derecha, bajo una losa de piedra (antigua ara del altar templario), sin inscripción alguna, estuvo sepultado Pedro de Luna entre 1423 y 1430, hasta que varios familiares quisieron darle el último homenaje, exhumando sus restos y trasladándolos al palacio de Illueca donde había nacido.

La siguiente estancia es la Casa del Agua o de la Cisterna, también denominada “botica mayor”, “pastador”, “rebost”, se trata de una estancia-cisterna por poseer el brocal de uno de los aljibes en el nivel inferior. La estancia tuvo un segundo nivel hoy desaparecido al que se accedía por una escalera externa.

Además de las funciones que sus denominaciones señalan, como pastador (horno de pan cocer), Simó que es historiador experto en el Papa Luna, plantea que el emplazamiento de la “rebotica”  estuvo en esta estancia, citada como boticha maior o botica maiori, al menos durante la etapa pontificia. La rebotica, o trastero era el antecedente del actual laboratorio farmacéutico, y llamado “santuario misterioso del culto a la salud”, era la dependencia donde el boticario realizaba todas las operaciones destinadas a transformar los productos simples en remedios. También Benedicto XIII, pudo guardar en un armario rinconero (angulares domus) libros de Medicina y algunos de Astrología pertenecientes a su extraordinaria biblioteca.


A esta le sigue el Salón del Comendador, sala de cavallers, o sala de armas. Esta sala fue destinada por los templarios, montesianos (Orden de Montesa que sustituye a los Templarios a partir de 1319) y curia papal, a recepciones, audiencias y actos solemnes. La estancia ostenta, sobre el arco de medio punto de la puerta principal, los blasones del maestre Cardona por lo cual, asimismo, se le suele denominar del Comendador. También se le conoce como Salón Gótico. Aunque en realidad la estancia ni es gótica ni Berenguer Cardona fue comendador.


Estancia de gran interés por sus proporciones y austeridad. Las descripciones medievales aseguran que el salón admiraba por su magnificencia. En la actualidad no queda nada de aquellos tapices, sillones de cardenales o dosel que cobijara el trono papal; tan sólo en el techo, cuatro argollas de hierro sugieren pendían de ellas las lámparas que alumbraban el recinto. Su bóveda de cañón apuntado posee el curioso detalle decorativo de la alternancia de hiladas de sillares blancos y negros, indicativo de enclave mágico, lugar dotado de virtudes. La sala está dotada de tres ventanales altos abiertos al exterior y otras dos ventanas góticas, que toman luz del patio. 


Al otro lado del Patio de Armas, se desciende por una escalera muy pronunciada  al llamado Salón del Cónclave o Bodega Mayor. Un amplio salón subterráneo cubierto con bóveda de cañón, y muy poco iluminado. Es muy posible que fuera una estancia de servicios, una “bodega mayor”, o “celler mayor”. También se le llama Salón del Cónclave, puesto que se cree que ahí pudo haber tenido lugar el conclave que reunió a los cuatro cardenales que le quedaban a Benedicto XIII, para la elección de su sucesor, que sería Clemente VIII (1423-1429).



En uno de los costados del intimidante salón se abre una comunicación con las tétricas mazmorras.



Sobre este espacio, junto al Patio de Armas, debería existir un segundo piso que se quedó sin construir, o tal vez fuera demolido. Hubiera sido el refectorio, se puede observar desde la terraza, embebido en el muro de las antiguas cocinas, el arco inicial de esta sala.

Del centro del patio arranca la estrecha escalera, ascendente que lleva primero a una pequeña terraza y después hasta lo más alto de la fortificación, magnífica atalaya, la más elevada y amplia que todo lo domina: denominada popularmente como “El Macho”.



Desde el parapeto de poniente se domina el apiñamiento del viejo burgo, encaramado en la ladera sudoccidental del peñón -cara al mediodía-, bella panorámica de un pueblo de caserío blanquiazul, formando agradables callejas, pinas, quebradas e irregulares de estructura arábigo-medieval.




Desde aquí también tenemos una privilegiada vista del Parque de Artillería, y de las tranquilas playas de aguas claras y arenas suaves.

Pero aquí no finaliza la visita, pues con la entrada al Castillo, está incluida también la entrada al PARQUE DE ARTILLERÍA y los jardines del castillo, que comprende un conjunto de estructuras militares, rampas, túneles, fosos y polvorín, construidas en el siglo XVI por Vespasiano Gonzaga, autor del proyecto (fue Virrey de Valencia en esa etapa); y Bautista Antonelli, ingeniero del rey, colaboró con él y estuvo al frente de la obra.

Los jardines que las rodean fueron realizados en el siglo XX y, en buena parte, son accesible a personas con movilidad reducida, además hay que indicar que la entrada es gratuita para estas y su acompañante.

En la zona inferior podrán visitar las fortificaciones construidas en tiempos de Felipe II, en el último cuarto del siglo XVI con el fin de modernizar las defensas del castillo medieval y poder combatir los ataques de la piratería y de la armada turca, que representaban en esos momentos una gran amenaza en el litoral de Levante.


Aquí se pueden visitar diversos túneles y rampas. Mediante estos elementos se conseguía trasladar fácilmente las piezas de artillería allí donde eran más necesarias para la defensa de la plaza.





También vemos los fosos con casamatas que hay en las  zonas bajas donde se situaban los cañones para defender los flancos de la fachada marítima.







Y las baterías que reciben los nombres de Santiago y San Fernando.

La zona superior de fortificaciones y jardines nos deja ver la iglesia de la Ermitana y el castillo medieval enclavados sobre la misma roca, en algunas partes se hacen uno con ella.



Aquí se encuentra la Batería del Maset y una maqueta de esta península.


Ascendemos por unas empinadas escaleras del paseo de ronda, que conecta con el castillo medieval y también con la zona el faro.



Asomándonos al precipicio de 45 metros sobre el nivel del mar, podemos contemplar las Escaleras del Papa Luna. Tiene varios tramos con más de cien peldaños de cantería apoyados en muros de mampostería. La última parte se labró en la misma la roca. Desde el pretil de la terraza del faro o desde el mar podrán contemplar su traza. La tradición y la leyenda atribuyen la realización de la escalera al propio Benedicto XIII, que la habría construido,“milagrosamente, en una sola noche, cuando triste y desalentado por la deslealtad de los suyos decidió descender directamente hasta el mar y una vez allí extender su manto pontificio sobre las olas y apoyándose en su báculo, flotando, trasladose a Roma para entrevistarse con sus enemigos, presentarse ante el pontífice romano, sin esperarlo, para exclamar: ¡El verdadero papa soy yo!”.

Y así finalizamos nuestra visita a este impresionante Castillo-Fortaleza de Peñíscola, que nos ha encantado.


TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

https://castillodepeniscola.dipcas.es/es/exposiciones/public/ver?id=8

https://es.wikipedia.org/wiki/Pe%C3%B1%C3%ADscola

https://www.peniscola.es/

https://castillodepeniscola.dipcas.es/es/castillo-3d.html

https://www.rtve.es/play/videos/los-pueblos/pueblos-peniscola/478134/

https://www.peniscola.es/public/Attachment/2020/8/online_cascoantiguo_agosto2020.pdf

Castillo de Peñíscola (archive.org)

https://www.ermitascomunidadvalenciana.com/cbmpen.htm

https://www.rutasconhistoria.es/loc/castillo-de-peniscola-o-papa-luna

https://arquites.wordpress.com/2003/06/02/murallas-de-peniscola/

 VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN EN EL ENLACE.