MARAVILLAS DEL LEVANTE: febrero 2022

Hablar de Benicasim es hablar de verano, playas, villas deslumbrantes, su interesante patrimonio y sus multitudinarios festivales de música.

Las playas de Benicasim están llenas de vida y desde ellas se pueden divisar torreones antiguos de los que destacamos la Torre de Sant Vicent, que forma parte de su patrimonio y del viejo conjunto de 18 torres vigía que llegó a poseer la costa castellonense.

A ellas asoman bonitas residencias de principios del s. XX, como en la Playa de Voramar. Además están preparadas para ofrecer una experiencia cómoda a una amplia diversidad de viajeros como en las playas accesibles de Heliópolis, la de la Almadrava, o esta playa de Torre San Vicente, también conocida como “la playa de los atardeceres eternos”.

A finales del XIX y principios del XX, un selecto grupo de familias castellonenses y valencianas construyen en esta virginal bahía lo que se conoce como el “Biarritz valenciano”, un conjunto de villas de gran diversidad y riqueza arquitectónica que podemos descubrir siguiendo la Ruta de las Villas, donde a través de un itinerario marcado con placas informativas, averiguaremos qué personajes relevantes han pasado por allí a lo largo de los años para divertirse en lujosas fiestas.

Benicasim pueblo mantiene su encanto, y pasear por sus calles siempre será una gran opción, especialmente en fechas donde las tradiciones hacen vibrar a lugareños y visitantes, especialmente en la Festividad de San Antonio Abad y Santa Águeda.

Y a unos kilómetros del casco urbano encontramos el Castillo de Montornés, una torre que formaba parte de un sistema defensivo del s. X y que los árabes construyeron sobre restos romanos preexistentes. Este castillo se encuentra en un enclave cuya visita también son recomendables, el Parque Natural del Desert de les Palmes. Una joya natural e histórica perfecta para realizar rutas. Muchas de estas rutas de senderismo llevan hasta la puerta de un precioso edificio histórico, el Museo e Iglesia de los Padres Carmelitas. Aquí, además de admirarnos ante el grandioso retablo cerámico del siglo XVIII realizado en l’Alcora y otras piezas de importante valor artístico, podremos conocer cómo los antiguos frailes destilaban el típico licor carmelitano.

La Vía Verde de Benicasim a Oropesa del Mar es otra gran opción para senderistas y ciclistas. Se trata de una antigua línea ferroviaria que unía los dos municipios y que durante unos 6 km junto al mar te permite disfrutar de un gran valor paisajístico, no solo por la sucesión de calas, playas y acantilados, sino también por la abundancia de vestigios históricos: un puente metálico; torres vigía como la Torre Colomera, también conocida como Torre Atalaya, Torre del Colomer; y mucho más.